lunes, 24 de septiembre de 2012

1ª Corintios 9:14 los que anuncian el evangelio vivan del evangelio.

hay que tener mucho cuidado de como se interpreta este pasaje, pues puede dar lugar a malos entendidos y llevar a lucro a algunos siervos de Dios.

aqui pablo explica que el no uso el derecho de vivir del evangelio, y teniendo ese derecho no lo uso.1ª corintios 9:15.
mira como pablo daba ejemplo de no ser materialista y no tenia animo de lucrarse como algunos hoy en dia hay.
y cuando cita vivir del evangelio es a comer y beber 1ªcorintios 9:4 , y no a que le compren una casa,viajes,coches o le inflen la cuenta bancaria.
si tienes ovejas no es para aprovecharte de ellas sino para cuidar de su salvacion que no se pierdan. no para sacarles la lana. porque si amas a las ovejas por la lana estas practicando un amor interesado y lucrativo.

1CORINTIOS 9

9:1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? 
9:2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. 
9:3 Contra los que me acusan, esta es mi defensa: 
9:4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber? 
9:5 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? 
9:6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? 
9:7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas?(UN SOLDADO NO SE PAGA EL MISMO SU ALIMENTO SINO SE LO PAGA EL PUEBLO POR SU SERVICIO, PERO EL SOLDADO NO SE HACE DUEÑO DEL CUARTEL PARA LUEGO PODER VENDERLO E IRSE A OTRA PARTE.)
 ¿Quién planta viña y no come de su fruto? PUEDE COMER DE SU FRUTO(ALIMENTO).. PERO NO DEBE ARRUINAR LA VIÑA COMIENDOSE TODO EL FRUTO O VENDIENDOLO PUES LA VIÑA NO ES DEL QUIEN LA PLANTA SINO DE QUIEN SEA EL DUEÑO DEL TERRENO DONDE ESTA PLANTADA LA VIÑA.
 ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?
PUEDE TOMAR DE SU LECHE (ALIMENTO) PERO EL REBAÑO NO ES DEL QUE APACIENTA LAS OVEJAS SINO DEL PASTOR Y DUEÑO DE LAS OVEJAS,
Y NO DEBE EXCEDERSE EN SACARLE TODA LA LECHE AL REBAÑO PARA LUEGO ENRIQUECERSE VENDIENDO LA  LECHE QUE NO LE PERTENECE.
9:8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 
9:9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 
9:10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. 
9:11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?(aqui Pablo no se refiere a segar lucro ni riquezas,ni dinero, sino segar alimento basico para su manutencion, puesto que era un evangelista viajante y no podia estacionarse para poder tener un trabajo establecido).
9:12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. 
9:13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?
9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.(aqui Pablo se refiere a que vivan en cuanto a lo basico que necesita el evangelista y no en lujos y proyectos costosos que le generen mas dinero , del cual va a parar a su cuenta bancaria privada)(pues yo predico el evangelio por las calles y a nadie le paso la ofrenda, pues lo hago por amor sin esperar nada a cambio)
9:15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. 
9:16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 
9:17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. 
9:18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio. 
9:19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. 

EL VERSICULO 1 CORINTIOS 9:14 VA LIGADO JUNTO CON 
JUAN 10:11-13 , MATEO 10;10 ESTOS VERSICULOS Y ASI SE SACA LA BUENA DOCTRINA UNIENDO BIEN LAS PIEZAS DE TODA LA BIBLIA EN RESPECTO AL SALARIO DE UN PASTOR O PREDICADOR:


2) Pastores asalariados
La Palabra de Dios dice en Juan 10:11-13
Yo soy el buen pastor, el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Asi que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
1. Mateo 10:10: ni de ALFORJA para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.

2. 1 Timoteo 5:18: Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su SALARIO. (AQUI LA PALABRA SALARIO HACE REFERENCIA A ALIMENTO COMO DIJO JESUS EN MATEO 10:10 PARA QUE NO SE CONTRADIGAN ESTOS VERSICULOS)

COMO PUEDES VER TODOS ESTOS VERSICULOS ES QUE EL SIERVO DE DIOS ESTA EXPUESTO A LO QUE LE DEN POR CARIDAD. Y SUELE SER EN ALIMENTOS Y NO EN DINERO, TAMBIEN LE PUEDEN DAR COBIJO BAJO UN TECHO PERO NUNCA SE PUEDE HACERSE DUEÑO DE ESA PROPIEDAD PRESTADA POR EL PUEBLO. PUES ASI TAMBIEN LO HACEN LOS SOLDADOS, PUES CUANDO UN SOLDADO SE RETIRA, EL EJERCITO NO LE HA COMPRADO UNA CASA, SINO QUE EL DEBE ABANDONAR EL CUARTEL DONDE VIVIA Y CON LO QUE HAYA AHORRADO CON SU TRABAJO LUEGO PODER COMPRARSE SU  PROPIA CASA. LA MAYORIA DE SOLDADOS TIENEN 2 OFICIOS ,UNO ES EL DE SOLDADO Y OTRO ES CUALQUIER OFICIO QUE LE GENERE DINERO PARA LUEGO SU RETIRO.

SI PREDICAS EL EVANGELIO POR DINERO , LO ESTAS HACIENDO MAL, PUES CRISTO NUNCA PEDIA DINERO NI ANTES DE PREDICAR NI DESPUES, Y ESE ES EL EJEMPLO A SEGUIR. JESUCRISTO NO HIZO EL EVANGELIO COMO PARA ALGO COMERCIAL , SINO POR AMOR A LAS ALMAS QUE ANDAN PERDIDAS.
PUES YO CUANDO HE PREDICADO EL EVANGELIO POR LAS CALLES NUNCA LE HE PEDIDO A NADIE MIS HONORARIOS MONETARIOS, PUES LO HAGO GRATIS Y POR AMOR.
¿COMO PUES SI YO NO HAGO TAL MALDAD , LO VA A HACER UN PASTOR QUE ES EL QUE DEBE CUIDAR DEL REBAÑO?

OVEJAS CUIDAROS DE TALES PASTORES QUE PIDEN Y PIDEN DINERO PUES YA HAN RECIBIDO SU RECOMPENSA AQUI EN ESTA VIDA, YA SE LES HA PAGADO SUS HONORARIOS Y HAN COBRADO POR SUS SERVICIOS Y TALES ESTARAN EXCLUIDOS DE LA GLORIA DE DIOS, PUES AMARON A DIOS POR DINERO.PUES YA NO HAY MAS PAGO POR SUS SERVICIOS PUES YA LE FUERON PAGADOS AQUI EN ESTA VIDA.


domingo, 9 de septiembre de 2012

¿JESUS PEDIA DINERO POR SUS PREDICAS?

¿JESUS PEDIA DINERO POR SUS PREDICAS? ¿PORQUE JUDAS EL ISCARIOTE ERA EL ADMINISTRADOR QUE LLEVABA LA BOLSA SI JESUS NO PEDIA DINERO?

DESCARGUEN ESTE DOCUMENTO EN ESTE ENLACE:

https://mega.co.nz/#!bhw2CKpY!R3dBMnaZQ6HHKdG1dDXdgXFfEb58nmu1l732UEOw1-A


judas iscariote era el que llevaba la bolsa, era el administrador del dinero.

RECOGIAN ESPIGAS DE TRIGO ,HIGOS , UVAS , PESCABAN Y RECIBIAN ALIMENTOS DE LOS LUGARES DONDE LES ALOJABAN. (SE BUSCABAN LA VIDA PARA COMER PERO NO PEDIAN DINERO, SI CONSEGUIAN DINERO NO ERA PORQUE LO HAYAN PEDIDO, ERA POR CARIDAD VOLUNTARIA DE CREYENTES PIADOSOS, Y DE LA VENTA DE ALGUN PESCADO, PUES LA MAYORIA DE LOS APOSTOLES ERAN DE OFICIO PESCADOR)

 Juan 12:6: Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la BOLSA, sustraía de lo que se echaba en ella.

 Juan 13:29: Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la BOLSA, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.


JESUS les dice a sus discipulos que den de gratris lo que de gratis han recibido.

¿CUANDO TU PREDICAS A UN INCREDULO LE PIDES DINERO DESPUES DE QUE HAYA ACEPTADO LA SALVACION DE CRISTO?

LA ALFORJA ES UN SAQUITO O BOLSA DE TELA O DE CUERO DONDE SE LLEVABA EL DINERO, ORO, ESPECIAS,ETC.)

1. Lucas 10:4: No llevéis BOLSA, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. 
 
2. Mateo 10:10: ni de ALFORJA para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.(CUIDADO QUE DICE ALIMENTO NO UN SUELDO FIJO, NI UNA CASA , NI UN CARRO NI VIAJES PAGADOS DE TURISMO CRISTIANO , NI SOLUCIONARLE LA VIDA ECONOMICAMENTE A NADIE, NI INVERSIONES CRISTIANAS)

3. Marcos 6:8: Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni ALFORJA, ni pan, ni dinero en el cinto,

4. Lucas 9:3: Y les dijo:No toméis nada para el camino, ni bordón, ni ALFORJA, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. 

5. 2 Corintios 11:7: ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de BALDE?

6. 2 Tesalonicenses 3:8: ni comimos de BALDE el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
 7. Mateo 10:8: Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia RECIBISTEIS, dad de gracia.


LA UNICA RAZON QUE SE RECOGIA DINERO EN LA IGLESIA PRIMITIVA ERA SOLO PARA LOS POBRES , LAS VIUDAS Y LOS HUERFANOS.
NO PARA PROYECTOS CRISTIANOS, Y EN AQUELLA EPOCA TAMBIEN HABIA PROYECTOS DE IR A PREDICAR A LAS NACIONES.

domingo, 2 de septiembre de 2012

FALSA ENSEÑANZA SOBRE LOS PACTOS CON DIOS

AQUI LES DEJO ALGUNOS VIDEOS DE PREDICAS DE ENSEÑANZA SOBRE LOS PACTOS CON DIOS Y TE ANIMO QUE LOS VEAS TODOS Y COMPRENDAS COMO ESTAN ENGAÑANDO A LOS CRISTIANOS DICIENDOLES QUE HAGAN PACTOS CON DIOS.

ES PECADO HACER PACTOS CON DIOS.  CON DIOS NO SE NEGOCIA. SIMPLEMENTE SE OBEDECE O NO SE OBEDECE. CADA DECISION QUE TOMES TENDRA SUS RESPECTIVAS CONSECUENCIAS. PERO ESO DE HACER PACTOS DEBES DE INVESTIGARLO Y YO TE AYUDO EN MI BLOG Y AQUI TE MUESTRO ALGUNOS VIDEOS :








4-      http://www.youtube.com/watch?v=qroemkO0BjU&list=PL7E3F3F58F2159F07&index=3&feature=plpp_video


aqui te dejo el link de descarga para que puedas descargarte documentos en pdf que te enseñaran mas sobre la erronea enseñanza de los PACTOS:

http://www.mediafire.com/?74c13louho95nie

DIOS DE PACTOS????


MIRA ESTE VIDEO Y ESTUDIALO PORQUE TIENE TODA VERDAD.

http://www.youtube.com/watch?v=VhJyEHrYav4

descargate aqui estos documentos en pdf acerca de la enseñanza erronea de los Pactos:

http://www.mediafire.com/?74c13louho95nie

Biblia revela que a Dios le ha placido establecer pactos con los hombres.
Ocho
de estos pactos se hallan mencionados en las sagradas páginas y ellos incorporan
los hechos más vitales en la relación que el hombre ha tenido con Dios a través de
toda la historia de la raza humana. Cada pacto representa un propósito divino y la
mayoría de ellos constituyen una absoluta predicción tanto como una promesa
inalterable del cumplimiento de todo lo que Dios ha determinado. Si llevamos
nuestra consideración del tema hasta el tiempo cuando los pactos fueron hechos,
descubrimos que ellos siempre anticiparon el futuro y tenían el propósito de ser un
mensaje de certidumbre para aquellos con quienes el pacto era establecido.
Además de los pactos bíblicos, los teólogos han sugerido tres pactos teológico s
que tienen que ver con la salvación del hombre.

A. Los pactos teológicos
Para definir el eterno propósito de Dios, los teólogos han sostenido la teoría de que
es el propósito central de Dios el salvar a los elegidos, aquellos escogidos para
salvación desde la eternidad pasada. De acuerdo a ello, consideran la historia
primeramente como la obra exterior para el plan de Dios en cuanto a la salvación.
Desarrollando esta doctrina, ellos han expuesto tres pactos teológicos básicos.
1. Se dice que con Adán se estableció un pacto de obras. La provisión del pacto
era tal que si Adán obedecía a Dios, él sería guardado seguro en su estado
espiritual y recibiría la vida eterna. Se afirma que este pacto es sostenido por la
advertencia concerniente al árbol del conocimiento del bien y del mal, «porque el
día que de él comieres, morirás» (Gn. 2:17). Se deduce que si él no hubiera comido
del árbol, no hubiese muerto y, como los santos ángeles, hubiese sido confirmado
en su estado santo. Este pacto está basado casi totalmente en la deducción y no es
llamado un pacto en la Biblia, y por esta razón es rechazado por muchos estudiosos
de la Escritura por tener poca base.
2. Otro pacto sugerido es el pacto de la redención, en el cual se insinúa la
enseñanza de que fue establecido un pacto entre Dios el Padre y Dios el Hijo en
relación a la salvación del hombre en la eternidad pasada. En este pacto el Hijo de
Dios se comprometió en proveer la redención para la salvación de aquellos que
creyeran, y Dios prometió aceptar su sacrificio.
Este pacto tiene más sostenimiento en las Escrituras que el pacto de obras en que
la Biblia declara claramente que el plan de Dios para la salvación es eterno, y que
en aquel plan Cristo tenía que morir como un sacrificio por el pecado y Dios tenía
que aceptar aquel sacrificio como una base suficiente para salvar a aquellos que
creyeran en Cristo. De acuerdo a Efesios 1:4: «Según nos escogió en él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.»
También en referencia a nuestra posición en Cristo, se declara en Efesios 1:11: «En
él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito
del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.
De estas y de otras Escrituras está claro que el propósito de DIOS para la
salvación es eterno. Se sugiere que un pacto formal fue acordado entre Dios el
Padre y Dios el Hijo del hecho de que el propósito de Dios es también una promesa.
3. Aun otra tentativa es el contemplar el eterno propósito de Dios en la salvación
como un pacto de gracia. En este punto de vista Cristo es contemplado como el
Mediador del pacto y el representante de aquellos quienes ponen su confianza en
Él. Los individuos encuentran las condiciones de este pacto cuando colocan su fe
en Jesucristo como Salvador. Aunque este pacto es también una deducción del plan
eterno de salvación, tiende a enfatizar el carácter de gracia de la salvación de Dios.
El pacto de la redención y el pacto de gracia, en consecuencia, tienen algunas
bases escriturales y son más aceptables para la mayoría de los estudiosos de la
Biblia que el concepto del pacto de obras, el cual no tiene base escritural.
Sin embargo, se ha levantado el problema de que aquellos que son adeptos a
estos pactos teológicos siempre hacen del plan de Dios para la salvación su
propósito primordial en la historia humana. Así ellos tienden a ignorar los
particulares sobre el plan de Dios para Israel, el plan de Dios para la Iglesia y el
plan de Dios para la nación. Mientras que es verdad que el plan de Dios para la
salvación es un aspecto importante de su propósito eterno, no es la totalidad del
plan de Dios. Un punto de vista mejor es que el plan de Dios para la historia es
revelar su gloria, y Él no hace esto solamente salvando a los hombres, sino que
también por medio del cumplimiento de sus propósitos y revelándose a sí mismo a
través de sus tratos con Israel, con la iglesia y con las naciones. De acuerdo a ello,
es preferible contemplar la historia a través de ocho pactos bíblicos, los cuales
revelan los propósitos esenciales de Dios a lo largo de la historia de la Humanidad y
que incluye el plan de Dios para la salvación. Aquellos que enfatizan los pactos
teológicos son llamados a menudo «teólogos de los pactos», mientras que, por el
contrario, aquellos que enfatizan los pactos bíblicos son llamados
«dispensacionalistas», porque los pactos bíblicos revelan las distinciones en las
varias etapas en la historia humana, las cuales están manifiestas en las
dispensaciones.

B. Los pactos bíblicos
Los pactos de Dios contenidos en la Biblia se clasifican en dos clases, aquellos que
son condicionales y los que son incondicionales. Un pacto condicional es uno en el
cual la acción de Dios es en respuesta a alguna acción de parte de aquellos a
quienes va dirigido el pacto. Un pacto condicional garantiza que Dios hará su parte
con absoluta certeza cuando se satisfacen los requisitos humanos, pero si el
hombre fracasa, Dios no está obligado a cumplir su pacto.
Un pacto incondicional, mientras que puede incluir ciertas contingencias humanas,
es una declaración de cierto propósito de Dios, y las promesas de un pacto
incondicional serán ciertamente cumplidas en el tiempo y a la manera de Dios. De
los ocho pactos bíblicos sólo el edénico y el mosaico eran condicionales. Sin
embargo, aun bajo los pactos incondicionales hay un elemento condicional como si
se aplicara a ciertos individuos. Un pacto incondicional se distingue de uno
condicional por el hecho de que su cumplimiento esencial es prometido por Dios y
depende del poder y la soberanía de Dios.
1. El pacto edénico fue el primer pacto que Dios hizo con el hombre (Gn. 1:26-
31; 2:16-17), y fue un pacto condicional con Adán en el cual la vida y bendición o la
muerte y la maldición dependían de la fidelidad de Adán. El pacto edénico incluía el
dar a Adán la responsabilidad de ser el padre de la raza humana, sojuzgar la tierra,
tener dominio sobre los animales, cuidar del huerto y no comer del árbol del
conocimiento del bien y del mal. Por haber fracasado Adán y Eva al comer de la
fruta prohibida, fue impuesta la pena de muerte para la desobediencia. Adán y Eva
murieron espiritualmente de inmediato y necesitaron nacer de nuevo para poder ser
salvos. Más tarde también murieron físicamente. Su pecado hundió a toda la raza
humana en un molde de pecado y muerte.
2. El pacto adámico fue hecho con el hombre después de la caída (Gn. 3:16-
19). Este es un pacto incondicional en el que Dios declara al hombre lo que será su
porción en la vida por causa de su pecado. Aquí no hay lugar para ninguna
apelación, ni se implica responsabilidad alguna de parte del hombre.
Como un todo, el pacto provee importantes rasgos, los cuales condicionan la vida
humana desde este punto en adelante. Incluido en este pacto está el hecho de que
la serpiente usada por Satanás es maldita (Gn. 3:14; Ro. 16:20; 2 Co. 11:3, 14; Ap.
12:9); se da la promesa del Redentor (Gn. 3:15), la cual es luego cumplida en
Cristo; se detalla el lugar de la mujer en cuanto a estar sujeta a una concepción
múltiple, al dolor y la pena en la maternidad, y en cuanto a la posición del hombre
como cabeza (Gn. 1:26-27; 1 Co. 11:7-9; Ef. 5:22-25; 1 Ti. 2:11-14). El hombre
debería, en lo sucesivo, de ganar el pan con el sudor de su frente (cf. Gn. 2:15 con
3:17-19); la vida del hombre sería dolorosa y con la muerte por final (Gn. 3:19; Ef.
2:5). Por un período bastante extenso, el hombre continúa desde ese punto en
adelante viviendo bajo el pacto adámico.
3. El pacto de Noé fue hecho con Noé y sus hijos (Gn. 9: 1-18). Este pacto,
mientras que repite algunos de los rasgos del pacto adámico, introdujo un nuevo
principio de gobierno humano como un medio de frenar el pecado.
Como el pacto adámico, era incondicional y revelaba el propósito de Dios para la
generación subsiguiente a Noé.
Las provisiones del pacto incluían el establecimiento del principio del gobierno
humano, en el que se instituyó la pena capital para aquellos que tomaran la vida de
otro hombre. Fue reafirmado el orden normal de la Naturaleza (Gn. 8:22; 9: 2), y al
hombre le fue permitido comer carne fresca de animales (Gn. 9:3-4) en lugar de vivir
solamente de vegetales, como parece haberlo hecho antes del diluvio.
El pacto con Noé incluía la profecía concerniente a los descendientes de sus tres
hijos (Gn. 9:25-27) y designaba a Sem como el único de quien vendría la línea
divina que seguiría hasta que el Mesías viniera. El dominio de las naciones gentiles
en la historia del mundo está implicado en la profecía concerniente a Jafet. Así
como el pacto adámico introdujo la dispensación de la conciencia, así el pacto con
Noé introdujo la dispensación del gobierno humano.
4. El pacto abrahámico (Gn. 12:1-4; 13:14-17; 15:1-7; 17: 1-8) es una de las
grandes revelaciones de Dios concernientes a la historia futura, y en él fueron
dadas profundas promesas a lo largo de tres líneas. Primero de todo, fueron
dadas promesas a Abraham de que él tendría gran descendencia (Gn. 17:16), que
tendría mucha bendición personal (Gn. 13:14-15, 17; 15:6,18; 24:34-35; Jn. 8:56),
que su nombre sería grande (Gn. 12:2) y que él personalmente sería una bendición
(Gn. 12:2).
Segundo, a través de Abraham fue hecha la promesa de que emergería una gran
nación (Gn. 12:2). En el propósito de Dios esto tiene referencia primeramente a
Israel y a los descendientes de Jacob, quienes formaron las doce tribus de Israel. A
esta nación le fue dada la promesa de la tierra (Gn. 12:7; 13:15; 15:18-21; 17:7-8).
Una tercera área principal del pacto fue la promesa de que por medio de Abraham
vendría bendición al mundo entero (Gn. 12:3). Esto tendría su cumplimiento en que
Israel sería el canal especial de la revelación divina de Dios, la fuente de los
profetas quienes revelarían a Dios y proveerían de la Escritura a los escritores
humanos. En forma suprema, la bendición a las naciones sería provista a través de
Jesucristo, quien sería un descendiente de Abraham. Dada la relación especial de
Israel con Dios, Dios pronunció una solemne maldición sobre aquellos que
maldijeran a Israel y una bendición sobre aquellos quienes bendijeran a Israel
(Gn. 12:3).
El pacto con Abraham, como el adámico y el de Noé, es incondicional. Mientras
que cualquier generación particular de Israel podría disfrutar de sus provisiones con
sólo ser obedientes, y podrían, por ejemplo, ser guiados hacia la cautividad si ellos
eran desobedientes, el propósito esencial de Dios para bendecir a Israel, para
revelarse a sí mismo a través de Israel, para proveer redención a través de Israel y
para traerle dentro de la Tierra Prometida es absolutamente cierto, porque depende
del soberano poder y voluntad de Dios, más que del hombre. A pesar de los
muchos fracasos de Israel en el Antiguo Testamento, Dios se reveló a sí mismo y
encauzó la escritura de los textos sagrados, y finalmente nació Cristo, vivió y murió
y se levantó resucitando exactamente como la Palabra de Dios lo había anticipado.
A pesar del fracaso humano, los propósitos de Dios son ciertos en su cumplimiento.
5. El pacto mosaico fue dado a través de Moisés para los hijos de Israel
mientras que estaban viajando desde Egipto hacia la Tierra Prometida (Ex.
20:1 - 31:18).
En Éxodo, y ampliado en muchas otras porciones de las Escrituras, Dios le dio a
Moisés la ley que era para gobernar su relación con el pueblo de Israel. Los
aproximadamente seiscientos mandamientos específicos están clasificados en tres
divisiones principales: a) los mandamientos, conteniendo la voluntad expresada de
Dios (Ex. 20:1-26); b) los juicios, relacionados a la vida social y cívica de Israel (Ex.
21: 1 - 24:11), y c) las ordenanzas (Ex. 24:12 - 31:18).
La ley mosaica era un pacto condicional e incorporaba el principio de que si Israel
era obediente, Dios les bendeciría, pero si Israel era desobediente, Dios les
maldeciría y les disciplinaría. Esto es destacado especialmente en Deuteronomio
28. Aunque ya se había anticipado que Israel fracasaría, Dios prometió que Él no
abandonaría a su pueblo (Jer. 30:11). El pacto mosaico también fue temporal y
terminaría en la cruz de Cristo. Aunque contenía elementos de gracia, era
básicamente un pacto de obras.
6. El pacto palestino (Dt. 30:1-10) era un pacto incondicional en conexión con
la posesión final de la tierra por parte de Israel.
Este pacto se ilustra como un pacto básicamente incondicional y seguro en su
cumplimiento; sin embargo, tiene elementos condicionales para cualquier
generación en particular. La promesa dada a Abraham en Génesis 12: 7, y
reafirmada luego a través del Antiguo Testamento, sería que la simiente de
Abraham poseería la tierra. No obstante, a causa de la desobediencia y el fracaso,
Jacob y sus descendientes vivieron en Egipto cientos de años antes del Éxodo. Así,
manteniendo el propósito de Dios, ellos volvieron y poseyeron, por lo menos, una
porción de la tierra. Más tarde, a causa de la desobediencia y la negligencia a la ley
de Dios, ellos fueron sometidos a los cautiverios asirio y babilónico. Otra vez en la
gracia de Dios, les fue permitido volver después de setenta años del cautiverio
babilónico y reposeer la tierra hasta que Jerusalén fue destruida en el 70 d.C.
Sin embargo, a pesar de todos los fracasos, a Israel se le promete que volverá a la
tierra, vivirá allí en seguridad y con bendición y nunca será dispersada nuevamente
(Ez. 39: 25-29; Am. 9:14-15).
El retorno presente de Israel a la tierra es, por lo tanto, altamente significativo
porque cumple la primera etapa del regreso de Israel, necesario para establecer el
escenario para el fin de los tiempos. La vuelta de Israel será completada hasta el
último hombre después de que Jesucristo vuelva y establezca su reino (Ez. 39:25-
29). Mientras que cualquier generación pudiera haber sido sacada fuera de la tierra
por su desobediencia, el propósito final de Dios de traer a su pueblo dentro de su
Tierra Prometida es incondicional y cierto en su cumplimiento.
El pacto palestino, de acuerdo a ello, incluye la dispersión de Israel por la
incredulidad y la desobediencia (Gn. 15:13; Dt. 28:63-68), tiempos de
arrepentimiento y restauración (Dt. 30:2), la recolección de Israel (Dt. 30:3; Jer.
23:8; 30:3; 31:8; Ez. 39:25-29; Am. 9:9-15; Hch. 15:14-17), la restauración de Israel
a su tierra (Is. 11:11-12; Jer. 23:3-8; Ez. 31:21-25; Am. 9:9-15), su conversión
espiritual y restauración nacional (Os. 2:14-16; Ro. 11:26-27), su seguridad y
prosperidad finales como nación (Am. 9:11-15) y el juicio divino para sus opresores
(Is. 14:1-2; Jl. 3:1-8; Mt.25:31-46).
7. El pacto davídico (2 S. 7:4-16; 1 Cr. 17:3-15) era un pacto incondicional en el
cual Dios prometió a David un linaje real sin fin, un trono y un reino, todos
ellos para siempre. En la declaración de este pacto Jehová se reserva el derecho
de interrumpir el actual reinado de los hijos de David si era necesario el castigo (2
S. 7:14-15; Sal. 89:20-37); pero la perpetuidad del pacto no podía ser quebrantada.
Como el pacto abrahámico garantizaba a Israel una identidad eterna como nación
(Jer. 31:36) y la posesión eterna de la tierra (Gn. 13:15; 1 Cr. 16:15-18; Sal. 105:9-
11), así el pacto davídico les garantizaba un trono eterno y un reino eterno (Dn.
7:14). Desde el día en que el pacto fue establecido y confirmado por el juramento de
Jehová (Hch. 2:30), hasta el nacimiento de Cristo, a David no le faltó un hijo que se
sentase en el trono (Jer. 33:21); y Cristo el eterno Hijo de Dios e Hijo de David,
siendo el justo heredero de aquel trono y el Único que se sentaría en aquel trono
(Lc. 1:31-33), completa el cumplimiento de esta promesa hecha a David de que un
hijo se sentaría en este trono para siempre.
El pacto davídico es el más importante en asegurar el reino milenial, en el cual
Cristo reinará sobre la tierra. David, resucitado, reinará por debajo de Cristo como
un príncipe sobre la casa de Israel (Jer. 23:5-6; Ez. 34:23-24; 37:24).
El pacto davídico no es cumplido por Cristo reinando en su trono en los cielos,
puesto que David nunca se ha sentado ni se sentará en el trono del Padre. Es más
bien un reino terrenal y un trono terrenal (Mt. 25: 31). El pacto davídico es, por
consiguiente, la clave del programa profético de Dios que aún está por cumplirse.
8. El nuevo pacto, profetizado en el Antiguo Testamento y que tendrá su
cumplimiento primario en el reino milenial, es también un pacto
incondicional (Jer. 31:31-33). Como lo describe Jeremías, es un pacto hecho «con
la casa de Israel y con la casa de Judá» (v. 31). Es un nuevo pacto en contraste con
el pacto mosaico, el cual fue roto por Israel (v. 32).
En el pacto Dios promete: «Después de aquellos días, dice Jehová: Daré mis leyes
en sus corazones, y en sus almas las escribiré; y seré yo a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo» (v. 33). A causa de esta íntima y personal revelación de Dios,
y su voluntad para con su gente, continúa en Jeremías 31:34 para declarar: «y no
enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a
Jehová: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más
grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más
de su pecado.»
Este pasaje anticipa las circunstancias ideales del reino milenial donde Cristo
reinará, y todos conocerán los hechos acerca de Jesucristo. De acuerdo a ello, no
será necesario para una persona evangelizar a su vecino, porque los hechos acerca
del Señor serán universalmente conocidos. También será un período en el cual Dios
perdonará el pecado de Israel y les bendecirá abundantemente. Debería estar claro,
dada esta descripción de la promesa del pacto como se da en Jeremías, que esto
no se está cumpliendo hoy día, puesto que la iglesia ha sido instruida para ir por
todo el mundo y predicar el evangelio a causa de que hay una casi universal
ignorancia de la verdad.
Sin embargo, dado que el Nuevo Testamento también relaciona a la Iglesia con un
nuevo pacto, algunos han enseñado que la iglesia cumple el pacto dado a Israel.
Aquellos quienes no creen en un futuro reino milenial y en una restauración de
Israel, por tanto encuentran el completo cumplimiento ahora en la iglesia,
espiritualizando las provisiones del pacto y haciendo de Israel y de la Iglesia una
misma cosa. Otros que reconocen la restauración futura de Israel y el reino milenial
consideran que el Nuevo Testamento se refiere al nuevo pacto tanto como para ser
una aplicación de las verdades generales del pacto futuro con Israel a la iglesia, o
para distinguir dos nuevos pactos (uno para Israel como está dado en Jeremías, y el
segundo, un nuevo pacto dado a través de Jesucristo en la era presente de gracia
proveyendo salvación para la iglesia). Actualmente el nuevo pacto, ya sea para
Israel o para la iglesia, se desprende de la muerte de Cristo y de su derramamiento
de sangre.
El nuevo pacto garantiza todo lo que Dios se propone hacer para los hombres en el
terreno de la sangre de su Hijo. Esto puede verse en dos aspectos:
a) Que Él salvará, preservará y presentará en la gloria, conformados a la imagen
del Hijo Unigénito, a todos los que creen en el Señor Jesús. El hecho de que sea
necesario creer en Cristo para ser salvo, no es una condición en este pacto. El acto
de creer no es una parte del pacto, sino más bien la base sobre la cual el creyente
es admitido para disfrutar de las bendiciones eternas que el pacto ofrece. El pacto
no es hecho con los no redimidos, sino con los que creen, y promete que en favor
de ellos estará la fidelidad de Dios. «El que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo» (Fil. 1:6), y toda otra promesa semejante a
ésta, relacionada con el poder que Dios manifiesta en la salvación y preservación
de los suyos, es parte de este pacto de gracia.
En la presente edad no se tiene en vista para el hombre una salvación que no
garantice una perfecta preservación aquí en el mundo, y una presentación final allá
en la gloria, de todos los que son salvos por la sangre de Cristo Jesús. Es posible
que haya en la vida diaria del hijo de Dios algún impedimento para su comunión con
el Padre; y como aconteció en el caso de David, el pecado del cristiano puede hacer
que Dios levante su mano para castigo del hijo desobediente; pero estos asuntos
que son propios de la experiencia cotidiana del creyente, no llegan nunca a ser
determinantes para el cumplimiento de la promesa de Dios en lo que se refiere a la
eterna salvación de los que Él ha recibido en su gracia.
Hay quienes recalcan la importancia y el poder de la voluntad humana, y declaran
enfáticamente que la salvación y preservación deben tener como condición la libre
cooperación de la voluntad humana. Esto puede ser razonable para la mente del
hombre, pero no está de acuerdo con la revelación que Dios nos ha dado en las
Escrituras.
En cada caso Dios ha declarado incondicionalmente lo que Él hará en favor de
todos aquellos que confían en Él (Jn. 5:24; 6:37; 10:28). Esta es en verdad una
empresa enorme que necesariamente tiene que incluir el dominio absoluto aun de
los pensamientos e intentos del corazón humano; pero, por así decirlo, esto no es
más irrazonable que el hecho de declarar a Noé que su descendencia seguiría los
caminos que Dios había decretado, o que el de prometer a Abraham que él sería el
progenitor de una nación grande y que de su simiente nacería el Cristo.
En cada uno de estos casos tenemos la manifestación de la autoridad y del poder
soberanos del Creador. Es vidente que Dios ha dejado lugar para el libre ejercicio
de la voluntad humana. Él ayuda a la voluntad de los hombres, y los ya salvos son
conscientes de que tanto su salvación como su servicio están en completa armonía
con la elección que ellos mismos han hecho en lo más profundo de su ser. Se nos
dice que Dios gobierna la voluntad del hombre (Jn. 6:44; Fil. 2: 13); pero al mismo
tiempo vemos que Él apela a la voluntad humana y hace que en cierto sentido
dependa de ella el disfrute de su divina bendición (Jn. 5:40; 7:17; Ro. 12:1; 1 Jn.
1:9).
Las Escrituras hablan en forma incuestionable y enfática de la soberanía de Dios.
Él ha predestinado perfectamente lo que vendrá, y su determinado propósito tendrá
que realizarse; porque es imposible que Él sea sorprendido o sufra alguna
desilusión. De igual manera, las Escrituras enfatizan que entre estos dos grandes
aspectos de la soberanía divina -el propósito eterno y la perfecta realización del
mismo- Él ha permitido suficiente lugar para cierto ejercicio de la voluntad humana.
Y al actuar de esta forma no está poniendo en peligro, de ninguna manera, los fines
que Él se ha propuesto alcanzar. El tener sólo uno de los dos aspectos de esta
verdad puede guiarnos o bien al fatalismo, en el cual no hay lugar para pedir en
oración ni motivo alguno para buscar el amor de Dios, ni base para la condenación
de los pecadores, ni fundamento para la invitación del Evangelio, ni significado para
gran parte de las Escrituras, o bien a la pretensión de querer desalojar a Dios de su
trono. Es razonable creer que la voluntad humana está bajo el dominio de Dios;
pero sería lo más irrazonable creer que la soberanía de Dios está bajo el dominio de
la voluntad humana. Los que creen son salvos y seguros para siempre, porque así
está determinado en el pacto incondicional de Dios.
b) La salvación futura de Israel es prometida en el nuevo pacto incondicional (Is.
27:9; Ez. 37:23; Ro. 11:26-27). Esta salvación se efectuará sobre la base única de
la sangre que Cristo derramó en la cruz. Por medio del sacrificio de su Hijo, Dios es
tan libre para salvar a una nación como lo es para salvar a un individuo. Israel es
representado por Cristo como un tesoro escondido en el campo. El campo es el
mundo. Y creemos fielmente que fue Cristo quien vendió todo lo que Él tenía, a fin
de poder comprar el campo y poseer así el tesoro que allí estaba oculto (Mt. 13: 44).
En la consideración de estos ocho grandes pactos nunca podrá decirse que se está
dando demasiado énfasis a la soberanía de Dios en relación con los pactos
incondicionales, o al absoluto fracaso humano en lo que toca a los pactos
condicionales. Y podemos estar seguros de que todo lo que Dios se ha
comprometido a hacer incondicionalmente Él lo hará con toda la perfección de su
infinito Ser.
PREGUNTAS

¿se puede PACTAR CON DIOS? HACER PACTOS CON DIOS ES CORRECTO? BY TORNADOJACK


¿Se puede pactar con Dios?

AQUI TE DEJO UNOS VIDEOS DE ALERTA ACERCA DE LOS PACTOS:

http://www.youtube.com/watch?v=VhJyEHrYav4

http://www.youtube.com/watch?v=UisbPtcdv6A

descargate estos documentos en pdf acerca de la erronea enseñanza de los Pactos:

http://www.mediafire.com/?74c13louho95nie

¿Se puede pactar con Dios?


Últimamente se ha visto mucho en las iglesias que los pastores invitan al pueblo a
pactar con Dios y el principal invitado a ese pacto es San Billete $$$.
Es de sorprenderse cuando vemos a un “Cristiano” realizar las mismas prácticas
católicas, idolatrando el dinero, ofreciendo a Dios todo tipo de ofrendas e incluso he
escuchado decir: SI ME DAS MI CASA TE PROMETO QUE PREDICARÉ EL
EVANGELIO.
Yo en lo personal y por testimonio Bíblico estoy completamente en contra de estas
prácticas herejes, ya que sólo se ven en las religiones paganas y no en la del Dios
Viviente de la Biblia.
Es triste ver que esta práctica se está extendiendo y no ha perdonado denominación
ni territorio, y todo por no leer la palabra de Dios.
Hermanos, tenemos que entender que todo debe estar 100% respaldado por la
palabra, esas prácticas son inventos de los hombres basados en sus propias
concupiscencias de dinero y de poder.
Veamos qué es un pacto en la Biblia, qué pactos ha hecho Dios con los hombres y
descubramos a la luz de la palabra la realidad.
Te invito a leer para que no seas engañado, el final te asombrará.
Pacto
Convenio que expresa la relación especial de Jehová con su pueblo y resume la forma
y estructura de la religión bíblica en ambos testamentos. La palabra hebrea (berit)
aparece 285 veces en el Antiguo Testamento y la palabra griega (diatheke) 33 veces
en el Nuevo Testamento; ambas se traducen «pacto».
Nota: tengan presente la palabra “BERIT” = PACTO, al final te asombrarás.
Pactos humanos
El pacto siempre es un acuerdo mutuo entre dos o más socios que los vincula y obliga
a una reciprocidad de beneficios y obligaciones. No sólo lo vemos en pactos
bilaterales, sino también concertados entre grupos (Jos 9.15; Abd 7). El Antiguo
Testamento da varios ejemplos de pactos humanos:
Nota: Si el pacto es un acuerdo mutuo entre dos o más socios que los obliga entre sí
tanto con derechos y obligaciones, la pregunta es ¿puede el hombre obligar a Dios a
cumplir un pacto? ¿puede el hombre hacer un pacto con Dios? o ¿es Dios el que pacta
con el hombre?
Veamos diferentes pactos en la Palabra.
Compromiso matrimonial
El matrimonio es un pacto (Mal 2.14; Ez 16.8).
Relaciones familiares
A través de un pacto, Jacob y Labán entran en relaciones familiares (Gn 31.44-54).
Relaciones de amistad y compromiso de unión para la vida.
En un pacto, Jonatán sella con un regalo la dádiva de su propia vida a su amigo David
(1 S 18.1-4; 20.4-17).
Promesa de buenas relaciones y obligaciones sociales mutuas
Abimelec e Isaac hicieron un pacto de no agresión (Gn 26.23-33).
Reconocimiento de una propiedad
Abimelec y Abraham hacen un pacto en el que se asegura que Abraham es dueño de
un pozo (Gn 21.22-34).
Compromiso de apoyo político
Abner se compromete con David para luchar por hacerlo rey de todo Israel (2 S 3.12-
21).
Compromiso de liberación de esclavos
Sedequías se compromete con los ricos de Judá a liberar a sus esclavos (Jer 34.8-22).
Tratado de un rey vasallo con un rey soberano
El rey de Judá se sometió al rey de Babilonia (Ez 17.11-21).
Veamos los distintos pactos que Dios a hecho con los hombres, sin perder de vista
que Dios es el que los propone.
CONCEPTO TEOLÓGICO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Adán
Aunque la palabra no se usa en Gn 1:3 ni aparecen todos los elementos tradicionales,
el Antiguo Testamento se refiere una vez a la relación establecida entre Dios y Adán
como a un pacto (Os 6.7). Se estableció con Adán no solo como individuo, sino como
representante de todos los hombres (Ro 5.12).
Muchos teólogos suelen hablar del pacto adámico como «un pacto de obras». Sin
embargo, sería más exacto calificar el pacto adámico como pacto de «obediencia»,
puesto que Dios, como el «Dios de toda gracia» (1 P 5.10), manifiesta su gracia en
todas sus obras (Sal 145.13b, 17, BJ), pero exige obediencia de Adán. La obediencia
que Dios espera del hombre debe ser consecuencia de la confianza (fe) en Él y su
Palabra (Heb 11.6), y debe expresarse en la obediencia. El pacto con Adán incluyó
también su ubicación en un lugar escogido (Edén, Gn 1.27; 2.8) y poder creador para
producir una descendencia santa (Gn 1.26-28).
Noé
El primer uso de la palabra pacto (berit) aparece en relación con • Noé en Gn 6.18 e
implica beneficios para toda su familia. Este pacto se desarrolla en Gn 9.1-17 donde se
aplica a toda la descendencia de Noé y a todo ser viviente. En este caso la gracia
prometida no depende de una buena comprensión o respuesta positiva por parte de
todos los beneficiados. Es un pacto eterno cuya señal es el arco iris (Gn 9.12, 13). Está
arraigado en la gracia divina (Gn 6.8; 9.1-3); requiere una fe que se exprese en
obediencia (Gn 9.4-6; Heb 11.7) y la responsabilidad de producir una descendencia
santa (Gn 9.1, 7); es eterno (Gn 9.12, 16) e implica una bendición universal (Gn 9.1,
11, 16s). Se puede considerar como una renovación del pacto con Adán y un avance
del pacto salvífico con Abraham (Is 54.9, 10; 1 P 3.20, 21).
Como vemos en este pacto Dios es el que propone y dispone, a Noe solo le queda
aceptarlo y obedecerlo.
Abraham
En el pacto con Abraham, renovado con Isaac y Jacob, tenemos la expresión clásica
del pacto divino y se transmitió por dos tradiciones (Gn 15; 17). Las bendiciones
prometidas incluyen: (1) Una descendencia santa y numerosa; (2) la posesión de la
tierra de Canaán; y (3) la reconciliación con Dios.
La tercera promesa se expresa en Gn 17.7: «Yo seré tu Dios y el de tu descendencia
después de ti», y muestra que, como en los casos de Adán y Noé, el pacto divino no se
limita a la relación entre Dios y el individuo que originalmente recibe las promesas.
Sin embargo, la exclusión de Ismael (Gn 17.18-21) y Esaú (Ro 9.6-13) muestra que
aun en el Antiguo Testamento la descendencia física no garantiza el cumplimiento
automático de todas las bendiciones prometidas en el pacto. Las promesas se
cumplen para «los hijos de los hijos», pero con la condición de que posean una
actitud de fe hacia Dios y estén calificados como «los que guardan su pacto, y los que
se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra» (Gn 17.9; Sal 103.17, 18;
Ro 4.13).
Génesis 17 acentúa el hecho de que el pacto con Abraham es eterno (vv. 7-9, 13, 19; cf.
Gl 3.16-18; Heb 13.20), y establece la circuncisión como señal del mismo. Aunque en
el pacto con Abraham resalta el requisito de la fe, permanece vigente la necesidad de
la obediencia como expresión ineludible de una fe sincera. Aunque el pacto con
Abraham es particular y limitado, el contexto muestra que (cf. Adán y Noé) Dios tenía
propuesta una bendición universal (Gn 12.3; Hch 3.25).
Israel
El mediador del pacto que Dios hizo con el pueblo de Israel en Sinaí fue Moisés. Este
pacto constituía una renovación y desarrollo del pacto con Abraham (Gn 15.13-21; Éx
2.23, 24; 3.15-17; 6.4-8; 32.13; Lv 26.40-45; Dt 4.29-31; Sal 105.8-11, 41-45; 106.45).
La continuidad esencial de este pacto con el anterior se destaca en los siguientes
elementos:
1. Es un pacto arraigado en la gracia divina (Dt 9.4-6).
a. Insiste en una actitud de fe por parte del hombre.
b. Requiere que la fe se exprese en una obediencia radical y de todo corazón (Éx
19.5).
2. Siempre incluye la reconciliación espiritual con Dios como promesa fundamental
del pacto (Éx 6.7).
a. Espera como cosa normal una descendencia santa (Dt 6.7; 29.29; 30.6).
b. Mantiene como meta final la bendición universal (Éx 19.5, 6).
Los principales elementos nuevos (de «caducidad» o «desarrollo») en el pacto con
Israel se encuentran en que: (1) por primera vez Dios establece su pacto con una
nación (descendiente de Abraham, Éx 1.1-7); (2) se multiplican y desarrollan las
estipulaciones del pacto en la Ley (Éx 20; Dt 32) hasta convertirse en la constitución
de la nueva nación.
Como vemos, Dios es el que propone el pacto y marca sus condiciones a seguir; nadie
le pone o le quita, sólo Dios.
David
El pacto que hizo con David desarrolla la antigua promesa de una descendencia santa
(Gn 3.15; 17.7, etc.). Se anuncia en 2 S 7.12-17; 1 Cr 17.10-15 y se recuerda con júbilo
en Sal 89.3, 4, 26-37; 132.11-18; cf. 2 S 23.5. En última instancia es mesiánico (Is 42.1,
6; 49.8; 55.3, 4; Mal 3.1; Lc 1.32s; Hch 2.30-36). El Siervo de Jehová se llama «pacto»
en Is 42.6, puesto que incorpora todas las bendiciones y cumple todas las
estipulaciones. El pacto davídico marca un desarrollo particular dentro del contexto
general del pacto mosaico y no se debe considerar totalmente paralelo con aquel.
El «nuevo pacto»
El nuevo pacto prometido en Jer 31.31-34 es otra renovación del pacto con Abraham
e Israel. Su continuidad con los pactos anteriores se muestra en los siguientes hechos:
1. Es un mismo Dios que establece el pacto (vv. 31-33).
2. Se hace con un mismo pueblo (vv. 31-33).
3. Las estipulaciones abarcan esencialmente la misma Ley antigua (v. 33).
4. La promesa fundamental es una misma: «Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo».
Los nuevos elementos en la renovación del pacto recalcan:
1. Una interiorización más profunda de la Ley (cf. Dt 6.6, 7; Sal 37.31).
2. Una nueva fuerza moral e interior que resulta del nuevo pacto (cf. Ez 36.27; Ro
8.38s).
a. Un nuevo concepto sobre la universalidad del conocimiento de Dios entre su
pueblo (Jer 31.34,).
Una vez más, vemos que Dios es el que hace el pacto, pone sus condiciones y los
alcances, el hombre en nada interviene.
CONCEPTO TEOLÓGICO EN EL NUEVO TESTAMENTO
La promesa de un nuevo pacto (o sea, una renovación decisiva y final del pacto
eterno) se cumplió en Jesucristo (2 Co 1.19, 20). Como el segundo Adán (1 Co
15.45ss) e imagen de Dios (Col 1.15), Cristo cumple con los requisitos del pacto por
parte de todos los hombres y así renueva la imagen divina en el hombre (Ro 5.12-21;
2 Co 3.18). Cristo forma su Iglesia en la que la muerte no puede prevalecer (Mt 16.18).
En Cristo se cumplen las promesas del pacto hecho con Abraham (Lc 1.54, 55, 72-75)
y con David (Lc 1.68-71) y las estipulaciones del pacto mosaico con Israel (Mt 5.17,
18). El nuevo pacto se funda en la sangre de Cristo, su Mediador (Heb 12.24), quien
identificó este pacto (Lc 22.20; 1 Co 11.25) con el pacto eterno (Mt 26.28; Mc 14.24,
BJ).
Puesto que el nuevo pacto representa una confirmación del pacto eterno, las
promesas y provisiones fundamentales de los pactos anteriores permanecen vigentes
(Ef 2.12; 2 Ti 3.15-17). El Pueblo de Dios todavía se llama «Israel» (Gl 6.16), y se
desarrolla a partir del núcleo de judíos creyentes (Ro 11.1-6). Sin embargo, del Olivo
se desgajan a los judíos incrédulos y se injertan (Ro 11.7-24) y hacen miembros de la
familia de Dios (Ef 2.11-22) a los gentiles creyentes. Sigue en efecto el deber de
levantar una descendencia santa (Tit 2.14; 1 P 2.9), y ahora este deber incluye la labor
evangelizadora (Mt 28.19, 20; 1 Co 4.15; etc.; cf. Dt 6.7-9).
El nuevo pacto se destaca sobre todo por el gran desarrollo del ministerio del Espíritu
Santo (Hch 2; 2 Co 3.4-18; etc.). Hebreos explica la superioridad del nuevo pacto
(9.16, 17), y tanto allí como en Gl 3.15-17 la garantía del pacto es la muerte de Cristo,
«porque el testamento con la muerte se confirma». Su finalidad también se acentúa
por el uso del concepto de un «Testamento», que es otro significado del griego
diatheke.
Bibliografía:
1. Alonso-Schokel, «Motivos sapienciales y de alianza en Génesis 2-3», Bíblica, 43,
1962, pp. 305-309.
2. J. Schildenberger, «Alianza», Diccionario de teología bíblica, Herder, Barcelona,
1967. Edmund Jacob, Teología del Antiguo Testamento, Ediciones Marova, Madrid,
1969, pp. 198-204.
A través de este estudio hemos visto los pactos que Dios ha hecho con su pueblo,
igualmente la naturaleza de los mismos.
Existen 2 versículos, los cuales usan las personas que enseñan tal doctrina de hacer
pactos con Dios, veamos cuales son:
Salmos 50:5 Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
Éste es mal traducido en la Reina Valera, en el hebreo dice así: Juntarme a mis santos
los que se sometieron al pacto que hice YO CON SACRIFICIO…
Esdras 10:3 Ahora, pues, hagamos pacto con nuestro Dios, que despediremos a
todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que
temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley.
En hebreo dice así: Ahora pues hagamos pacto DELANTE DE DIOS…
Por último, recuerdas que al inicio de este estudio te pedí que tuvieras presente la
palabra BERIT que es igual a PACTO.
Mira lo que nos cuenta la Palabra sobre esto: veamos cual es el verdadero dios de
pactos.
Jueces 8:32-33 Y murió Gedeón hijo de Joás en buena vejez, y fue sepultado en el
sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas.Pero aconteció que cuando
murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y
escogieron por dios a Baal-berit.
BAAL = SEÑOR, MARIDO
BERIT = PACTO
ESCOGIERON AL dios señor, marido de pactos….
Baal-berit. Es un dios pagano….
Así que cuando escuches decir que pactes con Dios, con el que estás pactando es con,
Baal-berit y no con el Dios Viviente.
No te dejes engañar, o mejor dicho robar por gente ignorante o mal intencionada.
Conclusión:
¿Podemos como creyentes agregar algo más al pacto ya hecho por Dios?
Tenemos que recordar que el pacto “obliga” a las dos partes, ¿podemos obligar a Dios
a cumplir con un pacto hecho por nosotros?
Dios ya a hecho su pacto en la cruz y sellado con la sangre de Jesús el cual es perfecto,
donde a incluido más de lo que uno como hombre puede comprender, ¡toda
bendición en los lugares celestiales!
Cuando uno dice haré un pacto con Dios, por ejemplo, daré “X” dinero para que Dios
me dé mi casa, Dios podría decirnos: “no es necesario pactar nada más, lee la Palabra
y encontrarás que si tu cumples lo que yo ya he establecido en Mi Pacto, como la
obediencia radical, yo te daré mas que una casa”.
Dios ha hecho un pacto perfecto, donde no están incluidas las concupiscencias de los
hombres.
Hechos 8:20
Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de
Dios se obtiene con dinero.
No trates de comprar el favor de Dios.
Hermanos, lo más importante es la salvación. No te desenfoques y en vez de tratar de
pactar con Dios, comprométete a cumplir el pacto ya establecido y verás las
bendiciones que vendrán a tu vida.